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Manejar y tomar: un cóctel letal

 

Eran las 3 de la mañana cuando José, con una buena cantidad de alcohol en la sangre, decidió manejar a alta velocidad en busca de adrenalina. Una decisión, que sin pensar, le traería fuertes consecuencias. Manejar en estado de embriaguez esta prohibido por la ley colombiana, como lo sugieren las numerosas campañas por parte del gobierno que afirman "si va a tomar entregue las llaves". Sin embargo, en los últimos meses las medidas contra esta problemática se han endurecido a tal punto de que no solo esta prohibido manejar en estado de embriaguez, sino también lo esta manejar con cualquier rastro de alcohol en la sangre. Jorge Garzón, un policía de transito para la ciudad de Bogotá, explica que "el sentido de responsabilidad social de las personas es casi nulo. Tan sólo el año pasado murieron mas de cinco mil personas en accidentes de tránsito donde al menos uno de los involucrados estaba bajo la influencia del alcohol. Y no solo eso, la cantidad de heridos por esta causa fue mayor a 39 mil."

 

Según Jorge, la reducciónn en el número de conductores en estado de embriaguez que se ha observado en los últimos meses, desde su experiencia, se debe principalmente al miedo que generan las nuevas sanciones y no a un aumento del sentido común. Muchas veces este miedo a las sanciones no evita que se maneje bajo efectos del alcohol, sino que también los conductores pierdan su humanidad, como es el caso de José Guevara.

 

Era sábado en la noche como cualquier otro cuando José decidió reunirse con sus amigos. Salió en su carro, un Mazda 323, su mejor aliado para desplazarse por la ciudad desde su casa en la calera. Al reunirse con sus amigos, no pudo evitar contagiarse de la fiesta y de las ganas de consumir una que otra bebida alcohólica. Después de unos cuantos tragos, todos decidieron salir a andar por la autopista norte en el Mazda de José. Sus amigos, ya con los tragos en la cabeza, lo presionaron para que subiera al máximo la velocidad. Convencido por los demás, José la subió a 160 kilómetros por hora cuando estaba a la altura de la calle 142 con autopista. Uno de sus compañeros, envuelto en la emoción del momento, quiso grabar hazaña cuando de repente un motociclista apareció frente a ellos y debido a al alcohol en la sangre del conductor y la velocidad a la que iba, José no pudo hacer nada para esquivarlo.

 

Aterrorizado por el impacto, José decidió escapar de la escena del accidente. En medio de su embriaguez, su razonamiento le indicó que las sanciones que enfrentaría al quedarse ahí eran más importantes que la propia vida del motociclista. Afortunadamente unos taxistas, solidarios como públicamente se sabe que son, decidieron ayudar al afectado y otros se embarcaron en una persecución para detener al conductor en fuga. Finalmente, gracias a la presión de la persecución y a los efectos del alcohol, José chocó contra el anden de la 153 con autopista dejando su carro sobre la acera totalmente destruido.

 

Afortunadamente nadie resulto gravemente herido. Ni siquiera el motociclista. Sin embargo, las repercusiones legales que José debió enfrentar fueron más graves de las hubieran sido de no haber huido de la escena del accidente ya que estas no solo fueron por conducir borracho, sino también por escaparse del lugar. Ya que a José se le cálculo un nivel de grado dos de álcohol en la sangre en el momento del accidente, no solo tuvo que cumplir con la multa de grado 2 lo equivalente 45 salarios mínimos, sino que también su licencia fue suspendida por un periodo de 3 años.

 

El policía de tránsito Jorge, nos cuenta que es muy común que los involucrados en un accidente de transito opten por huir de la escena del crimen. Esto se debe a que en caso de haber un homicidio, si el conductor esta en estado de embriaguez, este debe declararse culpable, sin importar las circunstancias. Lo cual, junto con un grado 3 de alcohol en la sangre, implica cárcel para cualquier conductor.

 

Muchos se preguntaran en que consisten los grados de embriaguez en los que se miden las multas y por el cual se suspendió la licencia de José. Actualmente la ley 1548 del 5 de julio de 2012 menciona las sanciones en cuanto a la suspensión de la licencia de conducción, según el grado de embriaguez. Para esto hay 4 grados diferentes los cuales son :

 

  •  Grado 0: cuando se tienen entre 20 y 39 miligramos de alcohol en la sangre, lo que equivale aproximadamente a 1 cerveza. La suspensión de la licencia en este caso varia entre 6 y 12 meses.

 

  • Grado 1: entre 40 y 99 miligramos de alcohol en la sangre, lo que equivale aproximadamente a 3 cervezas. La suspensión de la licencia en este caso varia entre 1 y 3 años.

 

  • Grado 2: entre 100 y 149 miligramos de alcohol en la sangre, lo que equivale aproximadamente a 4 o mas cervezas. La suspensión de la licencia en este caso varia entre 3 y 5 años.

 

  • Grado 3: cuando se tienen entre 150 o más miligramos de alcohol en la sangre, lo que equivale mas de 8 cervezas. La suspensión de la licencia en este caso varia entre los 5 y los 10 años.

 

La historia de José, es una clara muestra de cómo por miedo a las sanciones a enfrentar se puede perder la cordura y el juicio. Por lo cual todo el mundo debería estar al margen de manejar bajo efectos de el alcohol, no solo por las sanciones sino principalmente por el bienestar social, el cual, los colombianos olvidamos con frecuencia.

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Eran las 3 de la mañana cuando José, con una buena cantidad de alcohol en la sangre, decidió manejar a alta velocidad en busca de adrenalina.

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