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La angustia de no pertenecer

 

“Hace un año que me gradué de Psicología, pero fue difícil lograrlo por varios motivos, entre ellos el no saber o no entender muy bien el inglés”. Como Liliana Valencia, en la Universidad hay muchas personas que sufren o viven angustiadas por el mismo motivo, no saber inglés. Si bien no es un requisito de la Universidad de los Andes saber inglés para poder aspirar a un cupo, si es un requisito saberlo para poderse graduar. Sin embargo en todo el proceso, muchas de las personas que aspiran a graduarse, deben hacer maromas no solo para cumplir con este requisito, sino que tienen que pasar por muchas dificultades para aprobar cursos en los que se da por hecho que los estudiantes tienen parcial o total dominio del inglés.

 

Sebastián Farfán, otro estudiante de la Universidad que cursa quinto semestre de Ciencia Política y tercero de Derecho, tuvo que retirar una materia que es fundamental para Ciencia Política, debido a que la escuela que se enseña en esta clase es una escuela que se ha desarrollado fundamentalmente en inglés, por lo tanto todas las lecturas y el material académico que se encuentra está en este idioma. En la materia que tuvo que retirar la profesora les dijo: “bueno los que no sepan inglés no sé cómo vayan a hacer”. “Yo me puse bravo y dije como ‘uy no, entonces digan que hay prerrequisito saber inglés’ pero sólo lo pensé. Ya después dije si es así no puedo hacer nada. Esperé algunas notas, intenté hacer los trabajos y me fue mal entonces decidí retirar y pues pienso esperar a ver qué pasa”.

 

A pesar de ver un nivel alto en el dominio de un segundo idioma, no dejan de haber personas que se sientan abrumadas frente a tal competencia: “Era incómodo porque la mayoría de mis compañeros sabían muy bien inglés y entendían muy bien todas las lectura. Entonces yo me sentía un poco inferior a ellos, y en parte excluida del grupo, porque a mí me tocaba coger las lecturas, transcribirlas en un traductor medianamente bueno y tratar de entender de esa manera las tareas que nos ponían”, nos cuenta Liliana.

 

Como ellos hay muchas personas dentro de la universidad que viven constantemente con esta dificultad, pidiendo ayuda a sus amigos, mandando a traducir lecturas, pagando por trabajos, retirando las materias o incluso aplazando semestre para solucionar su situación. El problema es que no todas las personas son conscientes de que estos individuos existen y tienen estas dificultades, simplemente dan por hecho que todos en la universidad deberían saber inglés. Esto sucede, según Camilo Quintana, profesor de inglés del Departamento de Lenguajes y Estudios Socioculturales, porque en un entorno en el que predomina un lenguaje siempre van a verse e identificarse situaciones de poder, de inclusión y de exclusión. Sin embargo, él considera que esta situación si bien puede darse dentro de la universidad no es un hecho consciente o intencional, sino que hace parte de una conducta instintiva del ser humano para pertenecer a un grupo social. Por lo tanto esto se puede dar en cualquier entorno con cualquier lengua.

 

A pesar de que en Colombia aproximadamente el 5% de la población tiene un nivel intermedio en inglés, en la Universidad de los Andes se puede encontrar una gran mayoría de esa minoría. Esto a causa de que hay estudiantes que han salido de colegios muy superior según la clasificación del ICFES y llegan a la universidad con un diploma que les permite homologar el requisito de inglés que pide la institución. Esto se nota sobre todo en los segundos semestres del año, cuando en su gran mayoría entran colegios de calendario B, que por lo general son bilingües y tienen exámenes de inglés aprobados con muy altos puntajes.

 

Luis Castañeda funcionario del Departamento de Lenguajes y Estudios Socioculturales, ve esta situación con frecuencia en los exámenes de clasificación de la universidad, cuando es muy común ver que en los primeros semestres los estudiantes tienden a quedar en niveles 1 y 2 de clasificación, mientras que en los segundos, los que presentan el examen, quedan en su gran mayoría en nivel 3 ó 4. Sin embargo, Luis considera que hay muchas personas que se confían de su capacidad para hablar otro idioma y como él mismo dice presentan un examen a la carrera, quedan en niveles bajos y por pereza o por confianza nunca toman los cursos de la universidad. “Ya en el momento en que se van a graduar, se estrellan porque piensan que los exámenes de Toefll (y otros) son fáciles, pero por nervios o por falta de preparación obtienen resultados adversos a lo que se esperaban y los pierden. Entonces, en últimas, les toca ver los cursos de la universidad para poder cumplir el requisito y graduarse”.

 

Camilo Quintana nos explica que la universidad no pide como requisito el dominio o el manejo de un idioma para entrar a la universidad, porque se considera que en el proceso de formación dentro de la institución se van a ir adquiriendo esas habilidades. “Sin embargo, si es muy claro, y eso se puede notar en muchos de los pensum de los programas de la universidad, que esta es una institución que busca y quiere un perfil educativo específico y es por eso que dentro de sus requisitos de grado está el tener dominio de lectura en inglés y dominio de habla en otra lengua, ya sea alemán, italiano, japonés o inglés (…) Por lo tanto es deber del estudiante buscar la manera más apropiada para cumplir este requisito”.

 

Sin embargo, Sebastián Farfán no tiene tiempo para irse de intercambio porque se le alargaría su doble programa; no le pide ayuda a sus amigos que sí saben más que él inglés, porque considera que como él, ellos tiene sus propias ocupaciones y preocupaciones, y por eso prefiere no incomodarlos; no se siente discriminado por sus compañeros por no saber inglés, ya que considera que ellos reconocen que cada quién tiene diferentes capacidades; aun así sabe que tiene dificultades y que su mayor obstáculo en las materias son las lecturas en inglés de las que sólo trata de enfocarse en las conclusiones para poder responder medianamente bien con sus trabajos. Por su parte Liliana Valencia considera que la competencia en ese sentido es muy fuerte, “las personas no te ayudan, al contrario tratan de sobresalir valiéndose de tu incapacidad. Incluso dentro de los cursos que ofrece la universidad (porque yo los vi todos, desde el primero hasta el sexto), había muchos estudiantes que se creían mucho y estaban en el mismo nivel que yo. Yo pienso, si están ahí es por algo. Pero tanto ellos como los profesores daban por hecho que uno tenía que entender todo y para mí eso fue muy complicado. Porque incluso después de ver todos los cursos, yo siento que a mí todavía se me dificulta mucho entender y hablar [en ese idioma]”.

 

Muchas veces por razones económicas, de tiempo o de desinformación, a los estudiantes les queda muy difícil ponerse al día con este requisito y el hecho de sentirse excluidos de esa mayoría estudiantil que sí domina un idioma vuelve el asunto más complicado. Sea intencionada o inintencionadamente, es un hecho que dentro de la Universidad de los Andes no hay mucha consideración hacia las personas a las que se les dificulta el inglés, ni por parte de los profesores, ni por parte de los estudiantes. Si bien se entiende que el perfil de estudiante que busca la universidad es muy específico, sería favorable que al menos hubiera una pequeña conciencia de que no estamos dentro de una población homogénea y de que pequeños detalles harían más fácil el entendimiento o el desarrollo de ciertas materias para ciertos estudiantes. Aunque también se entiende que es responsabilidad del estudiante buscar todos los medios posibles que existen, al menos dentro de la universidad, como seminarios, cursos extracurriculares o grupos de apoyo, además de los cursos obligatorios, para superar esta dificultad y cumplir finalmente con esta condición para graduarse. 

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